julio 27, 2005

Batón mamón y culturoso

De vuelta por estos lares y sin mucho que decir, empiezo rtespondiendole al Chami el batón que generosamente me pasó:

Numero de libros que posees:
Entre 60 y 70, incluyendo libros de diseño gráfico. Soy mas bien lector de revistas.

Estás atrapado en Fahrenheit 451, ¿Qué libro te gustaría ser?:
Pedro Páramo y El llano en llamas, en una de esas y alguno de los pirómanos se lo guarda en el bolsillo por pequeño y chingón. -Además ya está en llamas - podría alegar si lo atraparan perpetrando semejante crimen.

¿Alguna vez te enamoraste de algún personaje de ficción?
¿Qué es el amor?... Puras ganas de tener sexo con ellas nada más.

El último libro que compraste fue...
Pues espero que no sea el último, pero fue El Club Dante de Matthew Pearl (creo).

El último libro que leíste fue...
El Percherón Mortal, una novelita policiaca de esquzito sabor a esquizofrenia

¿Qué estás leyendo actualmente?
El Club Dante y los clásicos de H. G. Wells

Cinco novelas esenciales para definir el desmadre que eres:
Casi no leo novelas y menos me he encontrado con alguna que me relacione, sin embargo a veces me siento como un personaje de Frank Miller en Sin City: todo es blanco o negro, violento, sucio, sin esperanza, lleno de maldiciones y mentadas de madre, todo está perdido y se vive al día, nomás esperando que venga alguien más cabrón para que le ponga fin a tu miseria.

¿A quien le pasas el batón y porque?
No mames pinche chami, ya se lo pasaste tu a todos los que conozco. Pero bueno...

A Arturo Robles para que se sienta integrado
A Tamara (verde plaqueta) porque me da curiosidad la diversidad de su lectura
A Un Tal Mario pues porque me gustaría saber de donde se inspira para escribir tanta mamada tan cagada.
Y ya no se a quien más...

julio 14, 2005

sin título

a Kartak
Nubes de humo ciudad en ruinas a oscuras sufre su lamento duermes el día despierto de sueños en macetas que no florecerán porque el agua que te cubre no llueve camino adentro abajo al fondo del sótano de rojas paredes y luces mínimas en minúsculas habitaciones de fuertes olores húmedos de deseo el sudor que ha recorrido los cuerpos cubiertos de sales ajenas suelos que se pegan a tus zapatos anunciando tu llegada tu venida tu ida tu caída.

“Quiere salsa?” - “Puro latin jazz” contestas te sigues / dos con todo.

Como si nada sigues persigues ves desde lejos te acercas el saxo al hombro cuelga un aliento de comida de hace tres días colillas pluma en mano dispones interrumpes te cercioras y comienzas.

Miles and miles of bebop jazz... Charlie Parker cuentos has.

A mitad del camino Virgilio te espera y tres fieras ¿qué camino tomarás? ¡que coños esperas! Mientras sigues persigues de cerca percibes los pasos le sigues y descendiendo en círculos te asombras te espantas decantas y lloras / por los que fueron cubiertos en mantas abogas.

Ahogas en mano al único sobreviviente de la peste que libraste aturdido sin respiro te tomas otra copa y un aliento de asomo de tinta que dejaste correr por tus venas mientras viajabas observabas en tu mente apuntabas con detalle estudiabas mientras a las sombras escapabas de luces la razón en tu corazón ocultabas pues tiempo para redención esperabas.

Noches diáfanas lunas hielo / old fashion que miras hueles desgarras tu garganta fondo abajo la botella la ulcera el pepto dejas a un lado el gato que pasa ronroneando y no quieres saber nada.

julio 08, 2005

Post largo, cuento corto

a Xamiru, a Tío Nasty

Despertó por el bochorno que sentía al respirar un aire viciado de varias horas de encierro en un pequeño cuarto de azotea, perfume de alcohol del cuarenta destilado y perspirado en ausencia de su conciencia, el sol golpeaba inmisericorde a la pequeña habitación y por ningún lado se dejaba sentir aire fresco. Corrió las ventanas que suponía había cerrado para evitar entrar la lluvia la noche anterior, no lo sabía de cierto, no se acordaba de nada.

Buscando entre la caja de cartón que hacía la función de mesa de luz por alguna aspirina intentaba ignorar la circulación de sangre que al parecer continuaba la fiesta en su cabeza y se dejaba sentir, cada vez mas fuerte, a la par de los latidos de su cansado motor de tres válvulas (una trabajaba a media potencia debido a las virtudes del chicharrón de cerdo y los tacos de moronga de doña Chonita que tanto le gustaban). Nada. Zip. Cero.

“Josuputamadre dolor de cabeza”, creyó oirse decir (¿o lo pensó?), por lo menos le quedaba el consuelo de un cigarro.

En su mente empezaron a aparecer imágenes, flashazos, rostros (algunos con voz, otros mudos, con risas inaudibles), conversaciones (“no, no conozco a su tío ése”), bebidas, mujeres, más bebidas. “No mames, me pasé de verga con el alcohol”, pensó, lo cual, reconoció, sonó a exageración tomando en cuenta que por lo menos había despertado en su cama (no como la vez que despertó tumbado en una playa de Oaxaca con un par de desconocidos).

La llamada del “agente X” (pinche nombre tan mamerto) había iniciado una búsqueda en cinco ciudades de dos continentes, y para Belascoarán no habría llegado en mejor momento que en fin de semana, aunque cualquier momento, mientras se tenga dinero, es bueno para iniciar una búsqueda por los bares de la Condesa so pretexto de tomarse unos alcoholes.

A Belascoarán le faltaba la elegancia y la sagacidad de sus homólogos en las otras ciudades, sin embargo tenía un instinto que lo hacía distintivamente suspicaz.

La verdad, y él lo sabía, no se trataba más que de una pinche suerte digna de irlandés, no sabía cómo, pero en sus pedas mas obscuras daba con quien buscaba de la manera más inesperada.

Mientras cavilaba o más bien intentaba recordar en lo que había ocurrido la noche anterior (mas bien, el fin de semana anterior), se oyó un timbrar ahogado que reconoció como el de su celular, lo buscó entre el desorden clásico de habitación y creyó que provenía de el suelo de el otro lado de la cama. Lo cubría una minúscula prenda blanca y mientras la examinaba contestó.

-Oye, ¿no dejé mis pantaletas allá arriba?- dijo una voz de mujer del otro lado del auricular- Es que en el coche no las encuentro. Por cierto, el putazo que trae tu coche no se lo di yo eh?... manejé yo?

“Ah cabrón! Yo ni tengo coche”, se oyó decir Belascoarán (¿o lo pensó?).

julio 05, 2005

Al Borde

Gracias a la recomendación de Kartak
Soy alta;
en la guerra
llegué a pesar cuarenta kilos.
He estado al borde de la tuberculosis,
al borde de la cárcel,
al borde de la amistad,
al borde del arte,
al borde del suicidio,
al borde de la misericordia,
al borde de la envidia,
al borde de la fama,
al borde del amor,
al borde de la playa,
y, poco a poco, me fue dando sueño,
y aquí estoy durmiendo al borde,
al borde de despertar.
Gloria Fuertes

julio 04, 2005

-INTERMEDIO MELOSO-

Le hace falta un pico a esa estrella
un brillo a esa luz
dos canas a ese anciano
tres dientes al tiburón

A todos y a TODO
les hace falta un ALGO
(a mi me hacen falta DOS)

A aquella nube le hace falta el viento
a el viento le haces falta tú/
a ti no te hace falta nada
a mi me hace falta el viento, la nube, y tú
¡Bomba!
De la lluvia de tus ojos
se alimentó el huerto de mi inspiración
Crecieron estas flores que hoy traigo
para que perdones mi traición