enero 03, 2009

Noche de enero

Sigue siendo enero, como sigo siendo yo, como sigue siendo esta maldita tristeza, como sigue siendo esta necedad que se empecina en no dejar de hablarme a patadas ciegas a la noche.

Noche que no sabe a nada, ni a luna ni a estrellas, ni a luces de calle con sus autos desvelados y el perro que ladra al fondo, porque tampoco la noche le sabe.

No saber, como quien nunca escuchó aún cuando todos murmuraban a gritos casi ensordecedores el secreto por todos conocido menos por uno, porque uno es el número más ignorante que hay.

-El eterno engaño con su amiga la paranoia y el sueño que no llega, que no nos deja cerrar el ojo sin ponernos imágenes que no queremos ver-

Es enero y aún no comienza el año nuevo porque todo sigue igual, porque nada ha cambiado, porque mis palabras no han mejorado, ni mis ganas de seguir pensando.