Noche de enero
Sigue siendo enero, como sigo siendo yo, como sigue siendo esta maldita tristeza, como sigue siendo esta necedad que se empecina en no dejar de hablarme a patadas ciegas a la noche.
Noche que no sabe a nada, ni a luna ni a estrellas, ni a luces de calle con sus autos desvelados y el perro que ladra al fondo, porque tampoco la noche le sabe.
No saber, como quien nunca escuchó aún cuando todos murmuraban a gritos casi ensordecedores el secreto por todos conocido menos por uno, porque uno es el número más ignorante que hay.
-El eterno engaño con su amiga la paranoia y el sueño que no llega, que no nos deja cerrar el ojo sin ponernos imágenes que no queremos ver-
Es enero y aún no comienza el año nuevo porque todo sigue igual, porque nada ha cambiado, porque mis palabras no han mejorado, ni mis ganas de seguir pensando.
Noche que no sabe a nada, ni a luna ni a estrellas, ni a luces de calle con sus autos desvelados y el perro que ladra al fondo, porque tampoco la noche le sabe.
No saber, como quien nunca escuchó aún cuando todos murmuraban a gritos casi ensordecedores el secreto por todos conocido menos por uno, porque uno es el número más ignorante que hay.
-El eterno engaño con su amiga la paranoia y el sueño que no llega, que no nos deja cerrar el ojo sin ponernos imágenes que no queremos ver-
Es enero y aún no comienza el año nuevo porque todo sigue igual, porque nada ha cambiado, porque mis palabras no han mejorado, ni mis ganas de seguir pensando.
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