marzo 31, 2005

2. ¿Otra vez?

Ahora, tras la trágica "crisis de los 30", enyesados corazón, fé e ilusiones y sin haberme repuesto del todo (todavía no se donde quedó mi deseo de vivir) me enfrento a otro momento crítico de desiciones.
La carga que representa todo aquello que he ido acumulando: mi gusto por la música, mi pasión aún no amedrentada (pero si atacada) por el diseño y el cine al que recurro como fuga o como terapia dependiendo de en qué polo del ánimo me encuentre, me pesa y me jala más hacia el suelo al que no quiero pertenecer. Todavía no encuentro un lugar al que pertenezca, creí pertenecer a Guadalajara pero ésta me vomitó.
Sigo en la espera-búsqueda de una razón por la cual sentirme humano, gente, persona, porque siento que soy todo eso y más, pero no le encuentro ninguana razón ni sentido.
Tendido frente al sol sólo quiero que me sople el viento.

1. Va de nuez (sin permiso de Jis y Trino)

Salir rumbo al depa de Ledón, cruzando vallarta junto a la Minerva, instalarse con unas chelas bien frias y poner a Pink Floyd o Siouxie And The Banshees o cualquiera que fuera el humor del Alex no era cosa de todos los dias pero si de la mayoría durante mi estancia en Guadalajara a mediados de los 90.
Nada es para siempre y por eso aquello se volvió solo un recuerdo, un vaso de agua fría cuando la nostalgia atosiga como calor de abril. Los amigos se han convertido en personajes de cuentos que la memoria gusta inventar cuando se embriaga de tristeza y del deseo de un lugar y una vida mejor, menos real, menos cruda y apestosa. Nunca fumé mota y ni falta que me hizo, cada personaje era tan irreal que cada cosa que decian o hacian era algo nuevo para mi pobre experiencia (pobre, pobre, pobre).
Ver ahora lo poco que sabia y lo errado que sigo estando en mi hoyo que llamo vida me hace querer volver allá: a la azotea de Ledón, donde nada me preocupaba, ni la universidad ni el futuro ni la vida ni el que diran o pensarán, nada.

Y ahora?...