octubre 17, 2005

Nada está bien

“¿Todo bien?” No. Nada está bien.

Todo mal. Nada en esta vida es como esperaba, crecí creyendo mentiras.

Resulté un perdedor, un fracasado.

El amor no existe, los intereses y las conveniencias prevalecen. El amor, si acaso, es la enfermedad mortal que más vidas cobra, lo único que deja a su paso son muertos caminando, sin esperanza, sin fe.

“Ojalá que encuentres a alguien que te haga feliz”.

Tú me hacías feliz, como también me hacías sentir miserable, contigo tuve los mejores días de mi vida, y los más difíciles, sacaste lo mejor de mi pero también lo peor. Eras el complemento y la contraparte, lo que mi dualidad geminiana necesita.

Eras.

Porque decidiste marcharte. Y lo entiendo, ¿quién en su sano juicio querría estar conmigo?

Por lo menos te tuve en mi vida, cuando pudo ser una vida.

Soy tonto y reconozco que cometí un error. Pero te haz valido de ese error para salir corriendo de aquí. Eres inteligente, supiste aprovechar la oportunidad.

Por mi parte es todo, porque me quedo sin nada, otra vez. Esta vez no creo en la esperanza de ver la luz al final del túnel. Caí en un pozo que no tiene salida, ni fondo.

Maldito estoy.

octubre 13, 2005

Epitafio

"No supo como responderle a la vida, y en el basto espacio de posibilidades se extravió sentado y sin moverse"
Los niños que pasan sólo ven su sangre brotar como lágrimas pintándole el rostro, dejándole una marca que llevará de por vida y lo hará diferente de los demás.

En su corazón lleva una herida que se hizo desde el momento de su concepción y por eso nació débil para enfrentar los golpes que la vida le asestó.

Creció con ideas raras y valores no propios de su tiempo y lugar, por eso nunca encajó y le valió para que abusaran de su confianza y de su inocencia.

Vivió el amor tanto como lo sufrió y de su ya de por sí herido corazón sólo quedaron remiendos. Sus débiles fuerzas menguaron con los años y sus ojos se secaron.

Sus ilusiones se esfumaron cada vez que las condiciones le fueron adversas y la vida le llevó la contraria, convirtiéndose ésta en su peor enemigo, cada vez que lucho por algo la vida contratacó con mayor intensidad.

Al haber venido a este mundo sin armas, débil y con un escudo maltrecho decidió evitar la confrontación y habitó en donde los rechazados se retiran apenas sobreviviendo a la letanía de los años en una desolada existencia.

Fue así como desapareció en el olvido.

Algunos lo consideran un tibio que obtuvo lo que mereció.

Otros creen que sólo fue desafortunado, que nació con mala estrella.

Para los más frívolos simplemente fue un desubicado, un inadaptado social.

Para su madre siempre fue alguien con un gran corazón, un incomprendido al que la vida fue adversa.

Y aquí yace, bajo estas letras, esperando encontrarle sentido a las cosas.