septiembre 26, 2005

La hora Zinco

La hora zinco es a las diez, a las once, o al llegar la media noche.
La hora zinco es oscura como oscuras sus paredes puedan ser: negras y rojo terciopelo, la cortina tras la que espera un misterio a descubrir.
La hora zinco son diecisiete: cinco saxos, cuatro trombones, cuatro trompetas, una batería, un contrabajo, la guitarra y el piano (y un cabrófono colado).
La hora zinco son dos amigos, y sus amigos, y los amigos de sus amigos.
La hora zinco son los martinis, los vermouths y las cervezas. Es un chaser que no dice nada pero que da gusto que esté ahí nomás. Como yo.
A la hora zinco todos callan y las estrellas de la noche subterránea hacen su música como sólo el jazz la puede hacer. La hora zinco tiene voz femenina y el encanto de sus ojos que sonríen al cantar.
La hora zinco está marcada por el centro, por los treintas, por una carita con boca de zinco.
Zinco para estar, Zinco para recordar.

2 Propinas:

Blogger Chamirú said...

Ay bueno. Ay nomás. Quebrándose, quebrándose: Ahí mero.

Esa es la hora zinco. La hora sin horas. La hora de decir: Todos estamos. Todos aquí nomás. Todos calladitos.

La hora zinco. La hora cero. Es todo lo mismo. La única diferencia la hacen las putas palabras. Sí, siempre las palabras bien putas. Pero nos queda claro. Casi a todos.

Que nadie me moleste. Que nadie diga nada: Despiértenme a la hora zinco.

Ahí está todo lo que me interesa vivir. Ahí reside todo lo que puedo nombrar. Nada más y nada menos. Con eso me basta.

Alguien que ponga el despertador: Yo es que me muero de sueño. Ya ni puedo.

Sólo alcanzo a dormir. Que me despierten otros.

Digo: Por favor. Si se puede.

Y si no, ni modo.

6:09 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

una puerta trasera, en motolinía empieza la noche empiezan las piedras a encontrar sentido, la tercera es la vencida pero el zinco siempre ha sido más contundente. Un cigarro, otro , otro, el tinto se acaba, todos callan y hablan al mismo tiempo, un par de enamorados infieles, tres mujeres en la barra bailando como diosas del bebop, los amigos de los amigos como si fueran hermanos, espaldas contentas calentando gabinetes de plástico, otras no tan rectas sosteniendo brazos sobre la barra, más cerveza más cerveza, que apaguen las luces que apaguen el mundo, aquí empieza la noche aquí todo pierde y toma sentido ni el amor es efímero ni la infidelidad cosa tan trasgresora, el tercipelo es rojo a voluntad (bocas gargantas manos aceitunas copas todo es rojo todo es rojo a voluntad), los amigos se quieren de por vida los amantes se aman de por vida y la vida dura lo que tarda en llegar el encore.

turipuripurim pam pam

salú (sigue aperrado o ya bajó la clientela?)

un abrazo

1:42 p.m.  

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