agosto 14, 2005

Todas las mujeres

Advertencia al lector: el siguiente post está lleno de miel y cursilerías, y aunque no es "normal" en este lugar, expresa verdades profundas del autor. Si no le gusta, está en su derecho de ignorarlo, pero por favor no se exprese mal de lo aquí expuesto.

Cuando eres niño, digamos de siete u ocho años, ves a una mujer mucho mayor que tu, de digamos veinte o veintiún años, que te deja impresionado por su belleza, ves sus cabellos rubios y esa sonrisa de dientes blancos y piensas "cuando sea grande quiero una novia así" (aunque en realidad quieres que ELLA sea tu novia en ESE momento).

Creces un poco más y llegas a la antesala de la pubertad, los diez-once años, y te llenas de amores platónicos, chicas todas ellas dos o tres años mayores que tu, por lo general con novio y obviamente las más bonitas, y piensas "quiero una novia así" (aunque en realidad quieres que ELLA sea tu novia y no de ese pendejo).

La adolescencia te convierte en un bonche de emociones nuevas y descubres ciertas funciones de tu cuerpo que antes no conocías, encerrarse en tu cuarto a ver las Playboy se convierte en tu actividad secreta favorita y tu mano se convierte en tu mejor amiga. Y piensas que una mujer como las modelos de Playboy es demasiada belleza para ser real, igual, quieres "una vieja así".

La Universidad es el clímax de tu vida en cuanto a oportunidad de conocer mujeres se trata, si eres un muchacho introvertido e inseguro como yo, se convertirá únicamente en una pasarela de muchachas guapas y perfumadas diciéndo "mírame pero no me toques" y es como una vuelta a la preadolescencia en donde te llenas de "amores platónicos" y puras chaquetas mentales. Casi todas, las más guapas, se convierten en "la novia que quisiera tener", sin embargo todas andan con cada pendejo: "mira nomás ese pendejo que vieja se trae".

Después de la Universidad tu márgen de oportunidades se reduce considerablemente, sin embargo las pocas que conozcas serán menos difíciles de conquistar, cuestiones de la edad y circunstancias de la vida (un empleo, frecuentar los bares, vivir solo, etc.), y tienes dos o tres novias que más o menos asemejan "la novia que siempre quise tener".

El tiempo pasa...

Soy un afortunado. Y soy un pendejo.
A mis 34 he conocido a la mujer de mis sueños.
En esa cara delicada, en esa hermosa sonrisa, en ese cuerpo tan femenino, en esas emociones expresadas y sentimientos encontrados que la definen, se encuntran todas las mujeres que alguna vez admiré creyendo que nunca tendría una novia así. Es única.
Esta mujer que me ha demostrado un enorme cariño, que ha sido paciente con mis desplantes de hombre traumado y acomplejado no se merece un tipo como yo, tan lleno de traumas, con una historia tan aburrida y que me ha dejado desgastado. Agoté mis fuerzas a lo tonto enregándome a mujeres que no se merecían tantos detalles, tantas canciones, tantos poemas.
Esta mujer, de 21 años, no se merece un tipo cansado y aburrido que la haga llorar cuando le reclama por tonterías que ella a su corta edad no puede entender porque no le ha tocado vivirlo y ni siquera le toca entenderme.
Y sin embargo me quiere, y me quiere mucho y no se cansa de decirmelo, y me abraza y se cuelga de mi cuello y me dice "no te vayas". Y yo me voy.
Y soy un tonto y un pendejo por no demostrarle mi amor como se merece.

Te quiero mucho.

5 Propinas:

Anonymous Anónimo said...

Todas las mujeres y una para darme como todos los hombres.

Díceselo, hay cosas que valen la lágrima vivir.

que envidia! jaja caray, felices vidas y felices muertes, que uno no anda por aquí para pasar por piedra.

Salu'cita por usted y por la dama que le ha iluminado la vida, querido erector, y no se quede callado (la voz no sale únicamente de la garganta).

hmmm...veo que chiapas le guardaba algunas sorpresitas...qué chingón!

un abrazo

3:21 p.m.  
Blogger Lahetaira said...

¿y qué es el amor sino construirte en el otro y con el otro? no la quieras como se merece, quiérela como nadie la ha querido, que nunca sobra el amor en estos bares, por las calles, en estas líneas que se van multiplicando.

El amor será esa droga que te aparte de la muerte y la tristeza. Nada más vale la pena.

11:19 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

No importa las fuerzas que hayas gastado,los motivos surgen cuando se quiere.
y si, ella te quiere, y te quiere mucho, ojalá no se canse de decírtelo,ojalá nadie se valla.

5:20 p.m.  
Blogger Alfredo Mora said...

andeeeeeeeeeeeeeeee.

Primero cayo Xamiru, luego la enfermedad te pesca a ti.

Quien es el siguiente???.

12:14 p.m.  
Blogger the drop said...

Patrañas! Quierela como nunca te has querido, mas bien. Lo que se merece, si tienes razón, es un hombre que empieze a sonreirle a la vida, que deje de lamentarse e irse.

Felicidades.

1:34 p.m.  

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