abril 05, 2005

A veces un cambio

A veces se antojan unos martinis. A poco no? Yo soy cervecero de corazón y este bulto que rodea mi cintura lo cuenta mejor que yo, pero a veces, en ocaciones, se antoja un trago un poco más "sotisficado".
Y es que aveces se quiere uno relajar medio "nice" sosteniendo una copa llena de algún liquido de color rojo o azulito y sorbiéndolo poco a poco, medio soñando que la realidad es otra y que la cerveza de diario la dejamos para mañana, hoy me quiero sentir medio James Bond, medio inspector Clousseau escuchando musiquita de Henry Mancini o Cole Porter, la voz de Nat King Cole o Ella Fitzgerald, Sarah Vaughn, Nina Simone, etc.
Aunque sea hoy que me sienta yo sofisticado y no un simple chelero-mosca de barra-estresado, disfrutando de un martini antes de volver a mi triste realidad de cervecero tercermundista.

1 Propinas:

Blogger hugo said...

jaja, definitivamente, bebe un martini puro y deja de sufrir. su magia transforma lo quete ordea y hace a la gente mas amable, divertida y sensual. porque claro, un buen martini se bebe en un buen lugar, que ya lleva ventajas.

2:11 p.m.  

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