Sin azucar, gracias.
Y es que así tenía que ser.
Un par de copas y una cámara,
un saludo amable y una conversación formal.
Un par de amigos nuevos.
De vuelta a la casa sin más compañía
que uno mismo.
Las sonrisas quedaron atrás,
la plática "intelectual".
La posibilidad de un reencuentro
remoto en el "hubiera".
Otra porción individual
que se diluye como la leche en el café.
Un par de copas y una cámara,
un saludo amable y una conversación formal.
Un par de amigos nuevos.
De vuelta a la casa sin más compañía
que uno mismo.
Las sonrisas quedaron atrás,
la plática "intelectual".
La posibilidad de un reencuentro
remoto en el "hubiera".
Otra porción individual
que se diluye como la leche en el café.